Lo peor es que se ha roto en miles de pequeñísimos cristales que han quedado encima del objetivo, y al sacar la lente también se han esparcido por el resto de la cámara, así que no he tenido más remedio que pasar el aspirador y con un cepillo evitar a toda costa que tocaran la lente...
Así que el primer consejo del blog es: siempre llevar los filtros en sus estuches.